Campo y montañas

Este cuadro es dificultoso en su composición dada la cantidad de detalles que da una escena croata (si, es de Croacia la foto pero yo no he estado) en cuanto a árboles y arbustos, lagos y montañas y un cielo azul degradado otorgando amplitud al paisaje a pesar de que las montañas delimitan la zona geográfica 

Cielo fuego

Y continuo pintando, hago técnicas diferentes pero los colores que no falten nunca, juego con impresiones de un cielo que se aleja y un mar que se aproxima dando con ello la sensacion de profundidad e inmersion en la obra, conseguido en parte gracias a un efecto de volumen de las aguas del mar que sólo el óleo puede conseguir y por otra parte (en su mayoría) por el contraste de claros casi brillantes en algunos puntos del cuadro y los oscuros en otros.

La sombra

En este cuadro se recogen varias formas distorsionadas de colores que según van fugando hacia el centro se van concretando en colores más vivos hasta el negro en una forma humanoide.

Expresión de la tristeza

Es una representación que hago de la expresión de un llanto que encierra una tristeza magnífica, que fluye poco a poco hasta que se convierte en una máxima expresión de emociones tanto tiempo contenidas que arrasa y limpia.

Flor de fuego

Este cuadro costó de crear porque no se partió de una idea concreta y esa espontaneidad con la que suelen salir mis cuadros se dio bastante más tarde, desde su inicio a su culminación, paso bastante tiempo e incluso pensaba en darlo por imposible, pues de un fondo oscuro y triste no era capaz de salir, la obra no prometía nada ni transmitía ningún mensaje, pero tirar lienzos así como así me cuesta, es como negar una oportunidad de salir a la obra encerrada en ese lienzo sucio y triste que empece a crear, así que dándome un tiempo surgieron formas duales que se besan, se fusionan y dan lugar a una hermosa flor donde no se prometía nada.

La cosecha

Este es el cuadro más triste que tengo en cuanto a colorido, es figurativo y pretende ser un campo donde mora la muerte que no tiene rostro definido pero que tiene un aura siniestra  y en el cielo la escena es más brillante como una especie de luz que lo ilumina todo tras ese campo o lo que puede esperarse detrás, que a veces impide ver las cosas con claridad como tantas veces ocurre en la vida con sus obstáculos físicos, mentales y emocionales

Maná frugívoro

La plasticidad y el color se vuelve a repetir y las formas de las nubes es una constante en muchos cuadros pues sí hay algo que más me fascine son las formas que adoptan las nubes en el cielo (y Barcelona tiene un cielo especial) y ellas reflejadas en el mar con la luz del sol o el color del sol que adopta bajo la influencia de las nubes. Las frutas rompen la constante de color de azules y terrosos dando un toque alegre y subrealista a la composición naturista de la escena.

La magia de las formas

Siempre me han gustado estas transformaciones, en que la naturaleza pueda contener formas antropomorfas o humanoides, este cuadro invita a una adaptación de la vida en todas sus formas en ausencia de dominación alguna, cada forma tiene su razón de ser y se adapta, convive y desarrolla una armonía en relación con el entorno.

En la quietud de mi alma

Este cuadro me fue encargado por una persona para embellecer y armonizar un piso recién estrenado, tenía claro que quería un Buda y el mensaje que intérprete es que a su vez, el conjunto del cuadro transmitiera serenidad y abundancia y también un lugar de la casa en donde perder la mirada y despejar la mente

Bodegón apocalíptico

Me inspire en un bodegón compuesto por frutas cítricas sobre un mantel rojo sangre para dar viveza a la composición, respete la forma en que se disponía la fruta y el color del mantel pero se me antojo simbolizarlo como una playa de tierra de fuego en el que reposan tranquilamente las frutas mientras una gran ola crece dispuesta a engullirlas.

La contemplación

Cuando miro este cuadro me embarga una sensación de calma absoluta y plena capacidad para entender temas existenciales para entender que la respuesta esta en cada uno de nosotros, un estado de ósmosis con el medio donde sólo existes.

Tocando el cielo

Es un cuadro que visualmente agrada mucho por su viveza y colorido, es una expresión de optimismo, orden y equilibrio y se muestra otra vez la plasticidad de los elementos en este cuadro en el cielo y en el ciclo lunar bajo unas nubes celestes

Las Hydras

Este cuadro simboliza mi particular versión del océano con sus profundidades y candente magma donde la vida baila y celebra su existencia 

El templo

Hace diez años recién cumplidos que vivo en Barcelona, ciudad preciosa, encantadora y cosmopolita, con fusiones paradójicas en donde la ciencia, el arte y la magia representan una amalgama armoniosa donde todo es posible pero que no todo vale, en honor a tan buenas experiencias vividas aquí por una madrileña, he querido pintar mi particular versión, modesta y muy simbólica de este emblemático monumento que identifica a esta magnífica ciudad.

Ciudad vespertina

Este cuadro es de características similares a El Bostezo, con el suelo ajedrezado y deformado también y unos edificios plásticos como adaptación a los cambios y la importancia que cobra el croissant y el café que se derrama en un hilo constante y tranquilo en el como simbología al camino que día a día vivimos pero que acabara expirando, otro dia.

El bostezo

Este es mi primer cuadro al óleo, lo hice hace ocho años como encargo a una amiga que estaba reformando su casa.  Simboliza un orden y un caos y como las figuras se adaptan a esa plasticidad para caer al final  al vacío.